La red echada en el mar: la predicación del Evangelio.
Coge toda suerte de peces: tanto buenos como malos reunidos en la iglesia.
Cristo vio cómo la existencia de los falsos hermanos en la iglesia haría que se
hablase mal del camino de la verdad. El mundo injuriaría el Evangelio a causa de
las vidas inconsecuentes de los falsos cristianos. Esto haría que hasta los
mismos creyentes tropezaran al ver que muchos que llevaban el nombre de Cristo
no eran dirigidos por su Espíritu. A causa de que estos pecadores habían de
estar en la iglesia, los hombres estarían en peligro de pensar que Dios
disculpaba sus pecados. Por lo tanto, Cristo levanta el velo del futuro, y
permite que todos contemplen que es el carácter, y no la posición, lo que decide
el destino del hombre.
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