sábado, 8 de noviembre de 2014

El Sermon del monte: Jesus y el adulterio Mt. 5:31-32

La presencia de los jefes romanos, enviados a Palestina por causa del gobierno imperial, era una ofensa continua para el pueblo; porque con estos gentiles habían venido muchas costumbres paganas, lascivia y disipación. En Capernaum, los jefes romanos asistían a los paseos y desfiles con sus frívolas mancebas, y a menudo el ruido de sus orgías interrumpía la quietud del lago cuando sus naves de placer se deslizaban sobre las tranquilas aguas.

Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró: Cuando se aman y acarician malos pensamientos, por muy secreto que sea el mal reina en su corazón. El que haya placer espaciándose en escenas impuras desarrolla o revela lo que está en su corazón. El pecado comienza en la mente.

Si tu ojo/tu mano derecha te es ocasión de caer sácalo/córtalo: Esto representa la rendición de la voluntad. El hombre debería estar más dispuesto a renunciar a lo que pone en peligro su salvación. DIOS quiere salvarnos no solo de la consecuencia del pecado sino del pecado mismo. Debe sacrificarse todo lo que cause tropiezo. 

Dios es la fuente de la vida, y sólo podemos tener vida cuando estamos en comunión con él. Separados de Dios, podemos existir por corto tiempo, pero no poseemos la vida.

Requiere sacrificio entregarnos a Dios, pero es sacrificio de lo inferior por lo superior, de lo terreno por lo espiritual, de lo perecedero por lo eterno

Es mejor que se pierda uno de tus miembros y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno: Es mejor que Yo esté contrahecho, herido y cojo si así entramos en la vida. Si nos aferramos al yo elegimos la muerte. DIOS es fuego que consume el pecado también consumirá a los que se aferran el pecado.

El que repudia a su mujer… hace que ella adultere: Entre los judíos se permitía al hombre repudiar a su mujer por las ofensas más insignificantes, y ella quedaba en libertad de casarse otra vez. Esto era  causa de muerte, desgracia y pecado. Solo por infidelidad debía disolverse un matrimonio.  El matrimonio fue pervertido por el pecado; pero el propósito del Evangelio es restablecer su pureza, y hermosura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario