1. Guardaos de hacer vuestra justicia para ser
vistos…: los fariseos
procuraban constantemente ganar el favor del cielo para disfrutar de
prosperidad y honores mundanos. Al mismo tiempo hacían alarde de sus actos de
caridad para atraer la atención del público y ganar así renombre de santidad. DIOS
no reconoce un servicio tal.
2. Cuando des limosna, no hagas tocar trompeta: en la realización de actos de caridad no se deben
buscar las alabanzas ni los honores de los hombres.
Toda obra buena se cumple solamente por el
Espíritu Santo, y éste es dado para glorificar, no al que lo recibe, sino al
Dador. La
piedad verdadera no impulsa a la ostentación
Hemos de dar sinceramente, mas no con el fin de alardear de nuestras buenas
acciones, sino por amor y simpatía hacia los que sufren. La sinceridad del
propósito y la bondad genuina del corazón son los motivos apreciados por el
cielo. Dios considera más preciosa que el oro de Ofir el alma que lo ama
sinceramente y de todo corazón.
3. Que tu mano izquierda no sepa lo que hace
tu derecha: representan a los
amigos íntimos. Ni siquiera los más íntimos, se enteraran de los actos piadosos
de alguien.
Tu Padre te recompensará: Nadie puede dejar que por su vida y su corazón fluya hacia los demás el río de
bendiciones celestiales sin recibir para sí mismo una rica recompensa. Desarrolla atributos del carácter que son opuestos al egoísmo atributos que han
de refinar, ennoblecer y enriquecer la vida. Los actos de bondad hechos en
secreto ligarán los corazones y los acercarán al corazón de Aquel de quien mana
todo impulso generoso. Estos actos constituyen una gran parte de las bendiciones y felicidades de la vida.
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