No penséis que he venido para abrogar la ley: los fariseos fomentaban el rumor de que su enseñanza
se oponía a los preceptos que Dios les había dado en el monte Sinaí.
Sino a cumplir: Jesús fue el dador de la ley, no tenía intenciones
de anular sus preceptos. La misión de Cristo era magnificar y engrandecer la
ley; llenar la medida de lo requerido por la ley, dar un ejemplo de conformidad
perfecta con la voluntad de Dios.
Hasta que pasen el cielo y la tierra: hasta que se cumpla todo el plan de salvación.
Ni una jota ni una tilde pasará de la ley: en el alfabeto hebreo, la más pequeña de esa lengua.
La ley es inalterable
Cualquiera que quebrante…y asi enseñe, muy
pequeño será llamado en el reino de los cielos: Estar en desacuerdo con la ley de DIOS en el detalle más mínimo
demuestra que hay comunión con el pecado, que hay rebelión contra las leyes de
DIOS y su gobierno, por lo cual no entrará en el reino de los cielos.
Si vuestra justicia no fuere mayor que la
de los escribas y fariseos no entraréis: los judíos guardaban los ritos y las ceremonias, obedecían los
requerimientos de la ley pero no eran limpios de corazón. Su religión no estaba
basada en la fe sino en las obras. Para los seres humanos es imposible guardar
la ley por sus propias fuerzas porque nuestra naturaleza es pecaminosa. Solo
Cristo puede transformarnos, pero los fariseos rechazaron a Cristo.
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