Bienaventurados: feliz", "afortunado”, Dichoso. El principal propósito del
reino es el de restaurar en el corazón de los hombres la felicidad perdida en
el Edén. A través de las bienaventuranzas se nota el progreso de la experiencia cristiana.
Bienaventurados los pobres en
espíritu pobreza extrema, miseria.
Son los
que comprenden que le es imposible salvarse por sí mismos. No pueden hacer
ningún acto justo. Son los que aprecian la ayuda que Cristo les ofrece.
Bienaventurados
los que lloran: dolor intenso
Son los que sienten tristeza por
haber pecado: Cuando contemplamos a Cristo vemos nuestra propia
pecaminosidad; comprendemos que nuestros pecados lo llevaron a la cruz, vemos
su gran amor por nosotros. Nos percatamos que nuestros pecados crean un
abismo/muro ancho, negro y profundo.
Los que sufren aflicción o pérdida
de un ser querido: Las pruebas son los instrumentos de DIOS para
eliminar de nuestro carácter toda impureza y tosquedad.
Los que lloran por las tristezas del
mundo y se afligen por los pecados que se cometen en él.
Recibirán Consolación: Cuando partió, prometió enviar "otro
Consolador", el Espíritu Santo, para que morara con nosotros como amigo
permanente.
Bienaventurados los mansos
El espíritu de independencia y
predominio de que nos gloriamos se revela en su verdadera vileza, como marca de
nuestra sujeción a Satanás. La naturaleza humana pugna siempre por expresarse;
está siempre lista para luchar. Más el que aprende de Cristo renuncia al yo, al
orgullo, al amor por la supremacía, y hay silencio en su alma. La Mansedumbre se adquiere del maestro. Es conservarse paciente y amable
al ser maltratado. El
Amor a uno mismo es lo que destruye nuestra paz.
Recibirán la tierra por heredad: ahora poseen la tierra los orgullosos.
Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de justicia
La justicia es santidad, semejanza a DIOS y
DIOS es Amor. Es conformidad a la ley de DIOS. La justicia es concedida
gratuitamente. Al percibir la perfección del carácter se Salvador desearemos
transformarnos, renovarnos a su semejanza.
Cuanto más sepamos de DIOS tanto más alto nuestro ideal. Jesús es el pan
de vida y el agua.
Bienaventurados los misericordiosos
DIOS es la fuente de toda
misericordia. Es una respuesta a la influencia del Espíritu Santo. DIOS no nos
trata como merecemos. El ansía intensamente aliviar los pesares del hombre y
ungir sus heridas. Son aquellos que
manifiestan compasión para con los pobres, los dolientes y los oprimidos.
Alcanzarán misericordia: tanto ahora como en el día del juicio. La persona
cruel, de corazón duro y espíritu desconsiderado, rara vez recibe un trato
bondadoso y misericordioso de parte de su prójimo. Pero muchas veces los que
son bondadosos y considerados con las necesidades y los sentimientos ajenos,
encuentran que el mundo les paga con la misma moneda.
Bienaventurados los de limpio corazón:
Incluye todos los rasgos de carácter deseables y excluye todos los
indeseables. El ser de "limpio corazón" equivale a estar revestido
con el manto de justicia de Cristo. Manifestaran creciente repugnancia por los
hábitos descuidados, el lenguaje vulgar y los pensamientos impuros. Habrá limpieza y cultura en el pensamiento
y los modales, exentos de sensualidad y concupiscencia. Fieles en los pensamientos y motivos del
alma, libres del orgullo y amor propio; humildes y generosos como niños. Amor desinteresado.
Verán a DIOS: Por la fe lo contemplamos aquí y ahora. En las experiencias diarias
percibimos su bondad y compasión al manifestarse su providencia, perciben al Creador en las obras de su mano
poderosa, en las obras de belleza que componen el universo. En su Palabra
escrita ven con mayor claridad aún la revelación de su misericordia, su bondad
y su gracia. Lo verán cara a cara en el estado futuro e inmortal.
Bienaventurados los pacificadores
Cristo es el Príncipe de Paz y su
misión es devolver al cielo y a la tierra la paz destruida por el pecado. Quienquiera
que incita a los demás por palabra o por hechos a renunciar al pecado y
entregarse a DIOS es un pacificador. La
gracia de Cristo vence la enemistad, apacigua la lucha y llena el alma de
amor. El que está en armonía con DIOS y
su prójimo no sabrá lo que es la desdicha. Sus semejantes reconocen que han
estado con Jesús.
Serán hijos de DIOS: Se parecen a El en carácter. Ellos mismos están en paz con Dios, y están dedicados a
la tarea de inducir a sus prójimos a que estén en paz con El.
Bienaventurados los que padecen
persecución:
Entre la
justicia y el pecado, el amor y el odio, la verdad y el engaño, hay una lucha
imposible de suprimir. Cuando se le restan súbditos al reino de Satanás el
príncipe del mal va a resistir. La persecución y el oprobio esperan a quienes
están dominados por el Espíritu de Cristo. Esto es una prueba de que siguen los pasos de su maestro, porque
su carácter, sus ideales, sus aspiraciones y
su conducta dan un testimonio unánime y silencioso contra la impiedad de este
mundo. Pero El estará a nuestro lado, así como estuvo con los tres
fieles en Babilonia.
Bienaventurados sois cuando por mi
causa os vituperen y os persigan
Aunque la calumnia puede
ennegrecer el nombre, no puede manchar el carácter. Mientras no consintamos en
pecar, no hay poder humano o satánico que pueda dejar una mancha en el alma. El
hombre cuyo corazón se apoya en Dios es, en la hora de las pruebas más
aflictivas y en las circunstancias más desalentadoras, exactamente el mismo que
cuando se veía en la prosperidad.
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