Vosotros sois la sal de la tierra
la sal tiene propiedades preservadoras. Los
cristianos purificados por la verdad tienen virtudes salvadoras que preservaran
al mundo de la completa corrupción moral. Por el trato personal llega hasta los
hombres el poder salvador del Evangelio. El sabor de la sal representa la
fuerza vital del cristiano, el amor de Jesús en el corazón, la justicia de
Cristo que compenetra la vida. De los creyentes sinceros mana una energía vital
y penetrante que infunde un nuevo poder moral (El Esp. Santo) a las almas por
las cuales ellos trabajan. El amor cambia el carácter, domina los impulsos,
vence la enemistad y ennoblece los afectos. Cuando se lo alberga en el corazón,
este amor endulza la vida entera y vierte sus bendiciones en derredor.
Si la sal se desvaneciere: Es decir, se vuelve insípida. Sería tan ilógico que
el cristiano perdiese sus características esenciales y todavía fuera cristiano.
Simbolizaba muy bien la condición de los fariseos y el efecto de su religión en
la sociedad. Representa la vida de toda alma de la cual se ha separado el poder
de la gracia de Dios, dejándola fría y sin Cristo. Al escuchar las palabras de Cristo, la gente podía ver la sal, blanca y
reluciente, arrojada en los senderos porque había perdido el sabor y resultaba,
por lo tanto, inútil
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