La parábola es una descripción de lo que pertenece al reino de Dios, su obra
por la salvación de los hombres
Un hombre sembró: Jesús, el Hijo del Hombre.
buena semilla: Los hijos de DIOS, nacidos de su Palabra
Campo: el mundo, la iglesia de DIOS en la
tierra
Mientras dormían
los hombres: El enemigo no puede ser visto por los ojos mortales.
Sólo se ve el resultado de su trabajo.
Enemigo: Satanás
Cizaña: los hijos del malo, constituyen los frutos o la personificación del error
o los falsos principios.
La Siega: el fin del tiempo de gracia.
Los segadores: los angeles.
En el Oriente, los hombres se vengaban a veces de un enemigo esparciendo en sus
campos recién sembrados semillas de alguna hierba nociva que, mientras crecía,
se parecía mucho al trigo. Brotando conjuntamente con el trigo, dañaba la
cosecha e imponía dificultades y pérdidas al dueño del campo.
Satanás esparce sus malas semillas entre el buen grano del reino. Y atribuye el
fruto de esta siembra al Hijo de Dios. Trayendo al seno de la iglesia a aquellos
que llevan el nombre de Cristo pero cuyo carácter lo niega, el maligno hace que
Dios sea deshonrado, que la obra de la salvación quede falseada y que las almas
peligren.
Dejad crecer juntamente lo uno con lo otro: aquellos que persisten en pecados manifiestos deben
ser separados de la iglesia; pero no nos ha encomendado la tarea de juzgar el
carácter y los motivos. Si tratásemos de extirpar de la iglesia a aquellos que
suponemos cristianos falsos, cometeríamos seguramente errores. Si tratásemos de
extirpar de la iglesia a aquellos que suponemos cristianos falsos, cometeríamos
seguramente errores. También El verdadero carácter de estos fingidos creyentes
no es plenamente manifiesto. Si se los separase de la iglesia, se haría
tropezar a otros que, de no mediar esto, habrían permanecido firmes.
Para quemarla: las semillas del mal no volverán
a brotar. No habrá para los malos un segundo tiempo de gracia
Recoged primero la cizaña: los impíos recibirán su merecido antes de que la
tierra sea renovada y se constituya en el hogar de los santos.
Atadla en manojos: las siete últimas plagas que caerán entonces
completarán el proceso para que pueda ser quemada.
La enseñanza de esta parábola queda ilustrada en el propio trato de Dios con los
hombres y los ángeles. Satanás es un engañador. Cuando él pecó en el cielo, aun
los ángeles leales no discernieron plenamente su carácter. Esta es la razón por
la cual Dios no destruyó en el acto a Satanás. Si lo hubiese hecho, los santos
ángeles no hubieran percibido la justicia y el amor de Dios. Una duda acerca de
la bondad de Dios habría sido una mala semilla productora de amargos frutos de
pecado y dolor. Por lo tanto, el autor del mal fue dejado con vida hasta que
desarrollase plenamente su carácter. Dios ha soportado la angustia de contemplar la obra del mal, y otorgó el
infinito Don del Calvario antes de permitir que alguien fuese engañado por las
falsas interpretaciones del maligno; pues la cizaña no podía ser extirpada sin
peligro de desarraigar también el grano precioso. ¿Y no seremos nosotros tan
tolerantes para con nuestros semejantes como el Señor del cielo y de la tierra
lo es con Satanás?
El mundo no tiene derecho a dudar de la verdad del cristianismo porque en la
iglesia haya miembros indignos, ni debieran los cristianos descorazonarse a
causa de esos falsos hermanos. Dios ha sido falsamente representado por la iglesia a causa de la forma de
tratar con aquellos que se suponía eran herejes.
En la cosecha del mundo no habrá ninguna semejanza entre lo bueno y lo malo.
Entonces aquellos que se han unido a la iglesia, pero que no se han unido a
Cristo, serán manifestados y tendrán su recompensa.
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